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Foto del escritorAmenhotep VII

Introducción al Hinduismo

Actualizado: 23 abr 2020



Actualmente, en la India, los conocimientos ancestrales se transmiten a todos los habitantes de todas las clases sociales, de todas las edades, de todo nivel de alfabetismo y esto, ha sucedido ininterrumpidamente a lo largo de la historia. Es que mientras que en occidente ser religioso radica en una acción (como ir a la iglesia) en el hinduismo, rigiéndonos por nuestras conceptualizaciones, lo relativo a filosofía, se manifiesta como religión. Resulta curioso remarcar que esta cultura ha logrado descartar por completo la necesidad de un intelecto para comprender los escritos sagrados; por el contrario, podemos encontrar los contenidos del épico poema mahābhārata, por ejemplo, tanto en dibujos animados, canciones o danzas que se han convertido en tradicionales. Sin ir más lejos, el récord de audiencia televisiva en la India ha sido recientemente batido por una serie de episodios semanales, similar a los culebrones occidentales, en apariencia, pero radicalmente distinto en cuanto a su contenido, motivo por el cual, los debates posteriores entre las familias y amigos cargan con un trasfondo enriquecedor, sano y lejano a cualquier ilusión egocéntrica que puede generar un personaje de los consumidos por quienes hemos crecido en culturas occidentales. Héroes y heroínas populares, parábolas sobre la moral y los valores, música popular e historias para leer antes de dormir son algunas de las costumbres que nos pintan un escenario que a más de uno le resultaría utópico, difícil de imaginar pero sucede y ha sucedido durante muchísimo más tiempo que el que se lleva escribiendo la Historia. Y de la mano con esta forma de vida, la convivencia: lejos de juzgar, un niño gordo allí es visto como fuerte y se lo compara con el gran y mítico Bhima. Es común para nosotros, asociar a los egipcios, por ejemplo, como una civilización continua y tal vez la más larga de la historia, pero esto es porque los griegos y los romanos conocían poco del mundo más allá del Mediterráneo. El primer hombre en cruzar esos límites fue Alejandro Magno y he aquí algo, tanto menos, intrigante. La intención de aquél gran rey insaciable, claramente, era la conquista y en esas bases giraban las expansiones. Lo que nunca nadie entendió es qué le sucedió al gran rey hegemón luego de su visita a estas tierras. Lo único datado al respecto es que algo lo hizo desistir de añadir la India a su imperio y termino por dar la vuelta y volver a sus tierras. Según diversas fuentes, se afirma que nunca volvió a ser el mismo que cuando partió. Y resulta aún más inverosímil, que jamás en la historia ha existido raza invasora o colonizador alguno que haya logrado acabar con esta región y, por el contrario, muchos resultaron atrapados por la pulcra belleza que uno puede imaginar entre tan sanas costumbres. De hecho, India es reconocida como una cultura que recibe con brazos abiertos practicantes de religiones de todo el mundo sin juzgamiento alguno, motivo por el cual los judíos llevan viviendo en paz desde el reinado de Salomón y lo mismo sucede con la religión del islam y cristianos. Nuestra ignorancia con respecto a la cultura india corresponde más a una idealización por las culturas de las que descendemos que nos hace creer que Europa es el centro de la vida en la tierra y por eso consideramos a civilizaciones como éstas menores. En la contemporánea década del 20 un grupo de arqueólogos británicos encontraron la ciudad por la que se considera Alejandro magno transitó antes del desconocido episodio. Los análisis de estas ciudades arrojaron que funcionaron alrededor del séptimo y hasta octavo milenio antes de Cristo, mucho antes que el primer faraón unificara Egipto, miles de años antes de la existencia de la Mesopotamia. Se ha descubierto, que una enorme civilización se asentó en lo que hoy es conocido como Mohenjo-Daro que, actualmente, fue nombrado el yacimiento arqueológico más grande del mundo. Se cree que esta ciudad antigua pudo haber albergado entre 70 y 80 mil personas ya que cubría más de un millón de km2 convirtiéndola en la civilización más grande del tercer milenio conocida. Viviendas horizontales construidas completamente por ladrillo, agua corriente fría y caliente, un sistema de alcantarillado y calles amplias y elaboradas sería algo digno de destacar como sorprendente pero poco puede uno centrarse en ello cuando descubre su organización social: no se han encontrado, tanto en los estudios arqueológicos de esta ciudad como los del resto de las descubiertas, rastros de poder absolutista alguno; en lugar de esto, se encontraron grandes ciudades sin templos ni palacios, lo que invita a pensar que habían encontrado una forma de vivir en comunión, rigiendo la convivencia entre los mismos ciudadanos. Según estudios climatológicos, esta ciudad fue abandonada por una inundación e impulsados por los cambios generados por la desaparición del rio sarasvatī nadī, los indios se mudaron a orillas del rio Ganges, donde actualmente se encuentra su población. Según los hindúes, en occidente, moldeamos el mundo impulsados por una sustancia que nos domina: el deseo; y que los deseos, al ser meras ilusiones, jamás podrán satisfacernos. Esto lo llaman māyā. "Aquél que piensa que puede matar Y aquél que piensa que puede ser matado, se equivoca. El deseo enturbia la sabiduría, es el eterno enemigo del sabio. Ningún arma puede perforar la vida que hay en ti Ningún fuego puede quemarla" Fragmento del mahābhārata.


Artículo escrito por Ramsés II.

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