LOS MISTERIOS DEL ALMA
Para conocer los misterios del alma, hay que meditar en lo que está escrito: «La Lámpara de Dios es el alma del hombre» (Proverbios 20:27). ¿Qué se aprende de aquí? Que el alma de la persona es una lámpara, un destello de la Luz de Dios.
Obsérvese que está escrito: «la Lámpara de Dios», y no está escrito: «la Luz de Dios». ¿Por qué razón? Para enseñar un asunto esencial, que el alma, con sus grados, es parte y un destello de la Luz de Dios.
¿Cuáles son los grados del alma?
Uno se denomina Nefesh, otro se denomina Ruaj, y otro se denomina Neshamá.
Estos tres grados, ¿cómo están indicados en el versículo antedicho? Para comprenderlo debemos considerar que la expresión «Lámpara», en el texto original hebreo está escrita mediante la locución Ner
Ner es un acrónimo formado por las palabras: Nefesh, Ruaj.
En tanto que Neshamá consta explícitamente en el versículo, como está escrito: «La Lámpara de Dios es el alma –Neshamá– [...]».
¿Qué se aprende? Que los tres grados del alma: Nefesh, Ruaj y Neshamá, todos ellos son destellos de santidad de la irradiación de luminosidad proveniente de Dios. A esto se refiere lo que está escrito: «La Lámpara de Dios es el alma del hombre».
EL ORIGEN DEL ALMA
Los conocedores de los secretos de la Cábala saben que el Mundo Supremo, denominado «El Mundo de la Emanación –Atzilut–», es un Nombre de El Santo, Bendito Sea. Pues toda la creación está conformada y plasmada por Nombres de El Santo, Bendito Sea. ¿Por qué se denomina al Mundo de la Emanación –Atzilut– el Mundo Supremo? Porque cuando El Santo, Bendito Sea, creó el universo, originó cuatro mundos espirituales en este orden: el Mundo de la Emanación –Atzilut–, el Mundo de la Creación –Briá–, el Mundo de la Formación –Ietzirá– y el Mundo de la Acción –Asiá–.
Todos estos mundos son espirituales, y del último mundo mencionado, Asiá, surgió el mundo en el que vivimos. Y el Mundo Supremo de todos los mencionados es el Mundo de la Emanación –Atzilut.
CARACTERÍSTICAS DEL MUNDO SUPREMO
El Mundo de la Emanación –Atzilut– incluye 248 irradiaciones de luminosidad asociadas al misterio de los preceptos activos y 365 irradiaciones de luminosidad asociadas al misterio de los preceptos pasivos, que representan la Voluntad de El Santo, Bendito Sea. Es decir, estas irradiaciones de luminosidad asociadas al misterio de los 613 preceptos (248 preceptos activos y 365 preceptos pasivos) indican lo que debe hacerse en este mundo en el que vivimos, el Mundo de la Acción –Asiá–, para vincularse con Él.
VÍNCULO DE LA VOLUNTAD SUPREMA
¿Dónde se indica el vínculo existente entre estos 613 preceptos y El Santo, Bendito Sea? En el versículo que declara: «También le dijo Dios a Moisés: “Así dirás a los Hijos de Israel: El Eterno, el Dios de vuestros antepasados, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros; éste es Mi Nombre por siempre, y éste es Mi Recuerdo, de generación en generación”» (Éxodo 3:15). Resulta que, a través de El Nombre de El Santo, Bendito Sea, aquí revelado, y el Recuerdo, se cumplirá con su Voluntad, de generación en generación. Ahora bien, ¿de qué manera se lleva a la práctica?
EL NOMBRE SUBLIME
Para comprenderlo, observemos cómo está escrito el Nombre de El Eterno en el texto original hebreo. Está escrito con estas letras:
יהוה
Ahora veamos cómo está escrito en el texto original hebreo el mensaje que indica la forma de vincularse con su Voluntad. Como está dicho: «éste es Mi Nombre por siempre, y éste es Mi Recuerdo, de generación en generación». La expresión: «Éste es Mi Nombre por siempre» en el texto original hebreo está escrita así:
זה שמי לעלם
El eje de esta declaración es «Mi Nombre».
שמי
La expresión: «Y éste es Mi Recuerdo, de generación en generación», en el original hebreo está escrita así:
וזה זכרי לדר דר
El eje de esta declaración es «Mi Recuerdo».
כרי
A continuación, observaremos cómo cumplir con estos dos mensajes esenciales que revelan la Voluntad de El Eterno asociándolos a su Nombre.
365 PRECEPTOS PASIVOS
Primeramente tomamos la primera mitad del Nombre de El Eterno y lo asociamos a «Mi Nombre».
ה–י Primera parte del Nombre שמי Mi Nombre
Observemos el valor numérico de esta asociación:
Ahora sumaremos el valor 15, que corresponde a la primera parte del Nombre de El Santo, Bendito Sea, con 350, que es el valor numérico de «Mi Nombre»:
15 + 350 = 365
Resulta que asociando la primera parte del Nombre de El Santo, Bendito Sea, a «Mi Nombre», se obtiene como resultado 365, que es la cantidad de preceptos pasivos proscritos por Él en la Torá para vincularse con su Voluntad.
248 PRECEPTOS ACTIVOS
Ahora haremos lo mismo con el otro vínculo mencionado: «Mi Recuerdo», que asociaremos a la segunda parte del Nombre de El Santo, Bendito Sea. Tomamos la segunda mitad del Nombre de El Eterno y lo asociamos a «Mi Recuerdo».
ה–ו Segunda parte del Nombre זכרי Mi Recuerdo
Veamos el valor numérico de esta asociación:
Ahora sumamos el valor 11, que corresponde a la segunda parte del Nombre de El Santo, Bendito Sea, con 237, el valor numérico de «Mi Recuerdo»:
11 + 237 = 248
Resulta que asociando la segunda parte del Nombre de El Santo, Bendito Sea, a «Mi Recuerdo», se obtiene como resultado 248, que es la cantidad de preceptos activos prescritos por Él en la Torá para vincularse con su Voluntad.
VÍNCULO COMPLETO
Ahora sumaremos los preceptos activos más los pasivos, indicados para unirse a la Voluntad de El Santo, Bendito Sea:
248 + 365 = 613
Surge de aquí que, a través de los 613 preceptos prescritos en la Torá, se consigue un vínculo completo con El Santo, Bendito Sea. Y, tal como habíamos dicho previamente, el Mundo de la Emanación –Atzilut–, es un Nombre de El Santo, Bendito Sea, por lo que se vincula con el Tetragrama.
Resulta que el Nombre de El Santo, Bendito Sea, el Tetragrama, está incluido de 248 y 365 prescripciones –preceptos–. Aunque también dijimos que el Mundo de la Emanación –Atzilut– es un Mundo Supremo, oculto. Y eso está indicado también en este vínculo. Pues está escrito: «Éste es Mi Nombre por siempre». La expresión «por siempre», en el texto original hebreo está escrita mediante la locución leolam. Y olam significa «siempre»,
EL MUNDO OCULTO
Saber esto es sumamente importante, porque indica que los 613 preceptos aludidos no son físicos. O sea, 613 irradiaciones ocultas de luminosidad, absolutamente espirituales, no siendo posible aprehenderlas a través de la mente humana para saber sus características y conocer su esencia. Pues no tienen ninguna característica terrenal ni física que permita su cognición.
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