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Foto del escritorAmenhotep VII

Diálogos con Ramana Maharshi



¿Es necesario un Maestro para la realización? —preguntó primero la

señora Piggott.


Maharshi: La realización es el resultado de la gracia del Maestro más que

de las enseñanzas, los discursos, la meditación, etc. Estas son sólo ayudas

secundarias, mientras que la gracia es la causa principal y esencial.


Devoto: ¿Cuáles son los obstáculos que impiden la realización del Sí

mismo?


M.: Los hábitos de la mente (vasanas).


D.: ¿Cómo vencer los hábitos mentales (vasanas)?


M.: Realizando el Sí mismo.


D.: Eso es un círculo vicioso.


M.: Es el ego el que suscita esas dificultades creando obstáculos, y

entonces sufre la perplejidad de paradojas aparentes. Encuentre quién hace las

preguntas y el Sí mismo será encontrado.


D.: ¿Cuáles son las ayudas a la realización?


M.: Las enseñanzas de las Escrituras y de las almas realizadas.


D.: ¿Pueden ser esas enseñanzas debates, discusiones y meditaciones?


M.: Sí, todas éstas son sólo ayudas secundarias, mientras que lo esencial

es la gracia del Maestro.


D.: ¿Cuánto tiempo le llevará a uno obtener eso?


M.: ¿Por qué desea saberlo?


D.: Para darme esperanza.


M.: Ese deseo es un obstáculo. El Sí mismo está siempre aquí, no hay

nada sin él. Sea el Sí mismo, y los deseos y dudas desaparecerán. Ese Sí

mismo es el presenciador en los estados de sueño profundo, de sueño con

sueños y de vigilia. Estos estados pertenecen al ego. El Sí mismo trasciende al

ego. ¿No existía usted en el sueño profundo? ¿Sabía usted entonces que

estaba dormido o que era inconsciente del mundo? Es sólo en el estado de

vigilia donde usted describe la experiencia del sueño profundo como

inconsciencia; por lo tanto, la consciencia cuando usted está dormido es la

misma que cuando usted está despierto. Si usted conoce qué es esta

consciencia de vigilia, conocerá la consciencia que presencia los tres estados.

Esta consciencia puede ser encontrada buscando la consciencia como ella era

en el sueño profundo.


D.: En ese caso, me quedo dormido.


M.: ¡No hay mal en ello!


D.: Es un vacío.


M.: ¿Para quién es el vacío? Encuentre. Usted no puede negarse a usted

mismo en ningún tiempo. El Sí mismo es siempre y continuo en todos los

estados.


D.: ¿Debo permanecer como si estuviera en sueño profundo y presenciar

al mismo tiempo?


M.: Sí. La presenciación es el estado de vigilia. Por lo tanto, ese estado no

será un estado de sueño profundo, sino de sueño profundo sin sueño

profundo. Si usted sigue el hilo de sus pensamientos, será extraviado por ellos

y se encontrará en un laberinto sin fin.


D.: Así pues, debo receder escudriñando la fuente de los pensamientos.


M.: Exactamente; de esa manera, los pensamientos desaparecerán y sólo

permanecerá el Sí mismo. De hecho, no hay ningún dentro ni fuera para el Sí

mismo. Ellos son también proyecciones del ego. El Sí mismo es puro y

absoluto.


D.: Esto es comprendido sólo intelectualmente. ¿No es el intelecto una

ayuda para la realización?


M.: Sí, hasta una cierta etapa. No obstante, comprenda que el Sí mismo

trasciende el intelecto —éste debe desvanecerse para obtener el Sí mismo.


D.: ¿Ayuda mi realización a otros?


M.: Sí, ciertamente. Es la mejor ayuda posible. Pero no hay ningunos

otros a quienes ayudar. Pues un ser realizado ve el Sí mismo de la misma

manera que un orfebre aprecia el oro en diversas joyas. Sólo cuando usted se

identifica con el cuerpo, las formas y las figuras están ahí. Pero cuando usted

trasciende su cuerpo, los otros desaparecen junto con su consciencia del

cuerpo.


D.: ¿Ocurre eso también con las plantas, los árboles, etc.?


M.: ¿Existen ellos aparte del Sí mismo? Averigüelo. Usted piensa que los

ve. El pensamiento es proyectado desde su Sí mismo. Encuentre de dónde

surge. Los pensamientos cesarán de surgir y sólo permanecerá el Sí mismo.


D.: Yo comprendo teóricamente. Pero todavía están aquí.


M.: Sí. Es como una sesión de cine. Hay la luz en la pantalla y las

sombras que pasan rápidamente impresionan al público con la puesta en

escena de alguna obra. Similarmente, será también así si en la misma

representación se muestra también un público. El veedor y lo visto estarán

entonces sólo en la pantalla. Aplíqueselo a usted mismo. Usted es la pantalla,

el Sí mismo ha creado al ego, el ego tiene sus acrecencias de pensamientos

que son mostradas como el mundo, los árboles, las plantas, etc., sobre los

cuales usted está preguntando. En realidad, todos éstos no son nada sino el Sí

mismo. Si usted ve el Sí mismo, será encontrado que el Sí mismo es todo, por

todas partes y siempre. Nada existe sino el Sí mismo.


D.: Sí, todavía comprendo sólo teóricamente. Sin embargo, las respuestas

son simples, bellas y convincentes.


M.: Incluso el pensamiento, «yo no comprendo» es un obstáculo. De

hecho, sólo el Sí mismo es.





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