Ojos - Sully Prudhomme
- Amenhotep VII
- 25 abr 2020
- 1 Min. de lectura

Negros o azules, bellos y queridos, la aurora vieron numerosos ojos y duermen en el fondo de las tumbas, y, sin embargo, el sol aún se levanta. Las noches, aún más dulces que los días, han hechizado numerosos ojos, y las estrellas siguen reluciendo y los ojos de sombras se han llenado. ¡Oh! Que ellos la mirada hayan perdido. No puede ser, posible no es tal cosa. Se han vuelto y miran hacia alguna parte, hacia eso que llaman lo invisible; y tal como los astros que declinan nos dejan, pero siguen en el cielo, los ojos también tienen sus ponientes, pero no es cierto que se mueran ellos. Negros o azules, bellos y queridos, abiertos a cualquier inmensa aurora, al otro lado de las tumbas, miran todavía los ojos que se cierran.
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