Jan van Eyck fue un pintor flamenco que trabajó en Brujas. Está considerado como uno de los mejores pintores del norte de Europa del siglo XV y el más célebre de los Primitivos flamencos. Robert Campin, que trabajó en Tournai y los hermanos Van Eyck en Flandes, fueron las figuras de transición desde el gótico internacional a la llamada escuela flamenca. El estilo flamenco que se dio en los Países Bajos en el siglo XV se ha considerado tradicionalmente como la última fase de la pintura gótica. Otra corriente lo enmarca en lo que se ha dado en llamar prerrenacimiento. A este estilo pictórico del gótico tardío en el siglo XV, que anuncia el Renacimiento nórdico de Europa, también se le llama Ars nova.
Aunque los hermanos van Eyck inauguran realmente el renacimiento nórdico, se han de tener en cuenta como antecedentes que les han influido los miniaturistas Gebroeders van Limburg, el escultor Claus Sluter, y, aún más directamente al pintor Melchior Broederlam. Jan van Eyck es tan importante para la pintura al norte de los Alpes como Masaccio para el arte italiano. Hay un error común, que se remonta al siglo XVI, las Vite del artista y biógrafo toscano Giorgio Vasari, que Jan van Eyck inventó la pintura al óleo. Sin embargo, el óleo como técnica para pintar tallas de madera y otros objetos es muy anterior, y Teófilo (¿Roger de Helmarshausen?) da claras instrucciones para pintura basada en el óleo en su tratado Diversarum Artium schedula sive de diversis artibus (1125). También documenta la difusión de esta técnica en Flandes desde el siglo XIV el llamado Manuscrito de Estrasburgo. Pero sí es verdad que los hermanos Van Eyck estuvieron entre los primeros pintores flamencos que lo usaron para pinturas sobre tabla muy detalladas. Fueron ellos quienes lograron nuevos y destacados efectos a través del uso de veladuras, la técnica de pintar con capas de pintura húmeda sobre capas previas de pintura todavía húmeda y otras técnicas. Jan van Eyck aumentó la proporción de aceite transparente en la mezcla, lo que le permitía superponer varias veladuras, de manera que lograba mayor luminosidad y colores intensos. El aglutinante utilizado por Van Eyck tenía como base aceite secante y de otro elemento que volvía el aglutinante consistente, lo que era una de las dificultades encontradas por los usuarios de la pintura al óleo posteriores. Llevó la técnica de la pintura al óleo y el realismo de los detalles (destacadamente la representación de las materias) en una cumbre nunca alcanzada antes que él, la técnica flamenca permitiendo también la claridad de estos. Estas capas de óleo se aplicaban sobre un soporte que consta de una tabla de madera (generalmente de haya) pulida y pintada de blanco, con lo que se logra una reflexión de la luz con el consecuente brillo de la pintura y una sugestión de profundidad. Van Eyck se atrevió con estos métodos a intentar lo que luego se llamaría trompe d'œil o trampantojo. Por la temprana maestría de Van Eyck en la técnica al óleo, se le conoce tradicionalmente como el «padre de la pintura al óleo».
Se trata de un artista que tenía conciencia de su propia importancia, siendo uno de los primeros artistas flamencos que firmó y dató sus pinturas en los marcos, entonces considerados una parte integral de la obra (los dos a menudo se pintaban juntos).
Esta habilidad con el óleo le permitía reflejar de una manera naturalista la realidad. Además, era minucioso y sus obras, generalmente de pequeño tamaño, tienen una extraordinario detalle propio del mundo de la miniatura. Inmediatos antecedentes que influyen en Van Eyck serían los excelentes miniaturista hermanos Limbourg, así como el escultor Claus Sluter: la forma de representar los pliegues de las telas que Sluter hace en piedra es prácticamente la misma forma con que van Eyck pinta los pliegues de las telas. También se menciona como predecesor de los Van Eyck el poco conocido pero valioso pintor Melchior Broederlam.
Pero, aunque esta minuciosidad recuerde tanto a la iluminación, hay rasgos que hacen ver en él claramente anticipo del Renacimiento. Este periodo del arte flamenco se caracteriza por el naturalismo de vívidos colores al óleo, la meticulosidad de los detalles, la precisión de las texturas y la búsqueda de nuevos sistemas de representación del espacio tridimensional (véase Perspectiva). Las figuras humanas se enmarcan en un espacio naturalista. En lo que atiene a la búsqueda de los efectos tridimensionales Van Eyck no recurre tanto a la perspectiva con un punto de fuga, sino que logra dar cierta impresión de tridimensionalidad mediante la técnica de las veladuras.
Los paisajes se representan con detalle después de haber sido detenidamente observados. Y aparece en Jan van Eyck, como se ve en el Retrato del matrimonio Arnolfini , una representación fiel y leal de un interior burgués con sus objetos cotidianos. También es muy detallista y minucioso cuando representa las joyas y los tejidos de sus modelos. Inaugura el retrato moderno que procura reflejar fielmente al modelo.
El tratamiento que Van Eyck da a la luz, merced a su dominio de la técnica al óleo, hace bastante correcta la siguiente opinión del crítico Stirling: «Van Eyck redescubre la verdad entrevista en la pintura helenística, pero luego olvidada, según la cual las sombras se encuentran incluso en las claridades, y la luz en todas partes, incluso en las sombras».
Por otra parte resulta interesante observar una constante en la obra de Van Eyck: además de una muy estudiada espacialidad, las figuras humanas (o de aspecto humano) por él representadas tienen una actitud impasible y tendente a la monumentalidad (una ligera excepción a tal impasibilidad se encuentra en la tabla de los «ángeles cantores», o al San Jorge, perteneciente al Políptico de Gante).
Van Eyck es calificado de pintor naturalista. Tal afirmación es bastante cierta, viéndose corroborada en la representación de Adán y Eva, desnudos, en la parte superior del Políptico de Gante, retratados sin idealizaciones y sin demasiadas censuras: Van Eyck les ha pintado casi todos sus pelos. Es de este modo que ha acercado lo religioso a la vida cotidiana en una humilde majestad y belleza. Constituyen los primeros desnudos de la pintura de Europa septentrional.
Algunas de sus obras:
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