Cada día tiene su noche,
Cada noche su mañana:
Resplandecientes y oscuras,
las horas aladas son llevadas
bien, bien lejos.
Las estaciones florecen y decaen;
La dorada calma y la tormenta,
Día a día, se frecuentan.
No hay una sola brillante forma
Que no arroje sombra,
Bien, bien lejos.
Cuando reímos, y nuestra alegría
Simula la veta feliz de la piedra,
Somos tan parecidos a la tierra
Como al dolor del padre,
Bien, bien lejos.
La locura se ríe a carcajadas,
La risa trae lágrimas,
Los ojos se desgastan,
Hasta que los miedos
Llegan con la mortaja,
Bien, bien lejos.
Todo es cambio,
Aflicción o riqueza,
La alegría es hermana de la tristeza;
La pena y el regocijo
Se roban los símbolos;
Bien, bien lejos.
Las alondras en el paraíso cantan,
Las palomas se lamentan
Día a día, sin tardanza;
Pero no te desanimes;
Lloremos juntos en la esperanza.
Bien, bien lejos.
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